El sábado pasado, como parte del Campeonato Nacional Descentralizado de fútbol, se dio el encuentro Universitario-Alianza Lima, el famoso clásico. Los hinchas avanzaban escandalosamente por las calles camino al estadio Monumental. Rompían todo lo que estaba en a su paso y si encontraban hinchas del equipo contrario lo atacaban sin dudar.
La fiesta deportiva terminó con el triunfo de la - U - . Minutos después no se pudo encontrar calma en las tribunas, los “apasionados” se enfrentaban descontroladamente con palos, piedras y botellas rotas que tenían a su alcance, otros con los golpes, haciendo correr sangre en el Monumental.
Lamentablemente este comportamiento tan imprudente provocó la muerte de Walter Oyarce Domínguez de 23 años, un joven hincha de Alianza que había observado el partido desde un palco. Esto no fue accidental , al parecer uno de los hinchas de Universitario ,que fue grabado por las cámaras del estadio, lo habría empujado sin consideración desde el palco donde estaba ubicado Walter, haciéndolo caer aproximadamente 15 metros de altura. Giancarlo Díaz Meyzán, alias “ratón”, David Sánchez Manrique conocido como “el loco David” y el llamado “Cholo Payet”, son los principales sospechosos de haber asesinado al hincha de universitario. Ellos junto con otros barristas se pasaban de palco en palco con la intención de atacar. ¡ Un asesinato triste y fatal!
Es indignante esta clase de sucesos. Esto demuestra una vez más que los que dicen sentir pasión por su equipo, no son más que delincuentes e integrantes de barras bravas. No tienen en mente simplemente alentar a su equipo, como debía de ser, sino que desatan una furia y odio hacia el equipo rival.
La muerte de este pobre joven no es el primer caso de violencia que se da como consecuencia de un partido. Entonces ¿ A quién se le debe culpar? ¿Quién es el que lleva la responsabilidad de esta tragedia? ¿El pandillaje motivado por los equipos de fútbol, las autoridades del estadio o los controladores de seguridad de este? Pienso que los tres tienen demasiada influencia en tragedias como esta.
Muchas veces, por no decir siempre, dentro del estadio se consume drogas y alcohol, que puede ocasionar diversos accidentes y actos violentos. ¿Es esto posible?
El Gobierno ha tomado la radical medida de que los partidos que faltan de este campeonato, se realicen sin público y los partidos de este fin de semana serán suspendidos. Hay distintas opiniones sobre estas medidas de parte de la gente y de los jugadores, pero se tendrá que respetar lo decidido. Es una pena que hayan tenido que esperar que se pierda una vida más para tomar medidas de seguridad. Si las personas fueran solo a ver el partido y a alentar a su equipo, la situación sería diferente.
Ya es hora que pare este fanatismo tan obsesivo, que poco a poco se ha ido convirtiendo en delincuencia total. Se debe dar una buena lección y ojala que se haga justicia con Walter Oyarce, un joven de vida tranquila que no merecía morir de esa manera.
¡Ninguna camiseta vale más que una vida!
B.R